Biografía de Manuel Cabre
Manuel Cabre fue un importante paisajista hispano-venezolano el cual nace en Barcelona (España) el 25 de enero de 1890 y muere en Caracas el 26 de febrero de 1984.
Se le conoce como “El pintor del Ávila”. Uno de los paisajista más destacados de su país.
Fueron sus padres, el escultor español Ángel Cabré y Magriña y Concepción A. de Cabré. Llega a Caracas a los 6 años de edad, ya que su padre había sido invitado por el Presidente Joaquín Crespo, para llevar a cabo trabajos en las obras públicas de Caracas. A los ocho años de edad ingresó en la Academia de Bellas Artes de Caracas, donde su padre regentaba la cátedra de Escultura.
Debido a limitaciones económicas de su familia, se vio en la obligación de abandonar sus estudios y conseguir un empleo en un puesto de venta en el mercado de San Jacinto.
En 1904, se inscribe en la Academia de Bellas Artes y ya en 1908 obtiene su primera distinción académica con un cuadro de gran tamaño: “Paisaje de la Sabana del Blanco”.
En 1909, participa en una huelga de estudiantes de la academia que protestaba en contra del sistema pedagógico imperante en el instituto. A partir de entonces, abandona la academia y empieza a trabajar en una marmolería.
Enamorado del paisaje venezolano, pronto se sintió conmovido por el Cerro El Ávila, montaña al norte de Caracas, que pintó desde todos sus ángulos y con todos los matices.
En 1912, se incorpora al Círculo de Bellas Artes, una asociación gremial de artistas y escritores. Dos años después, participa con 5 cuadros en una exposición organizada por dicho círculo. En 1920 realiza su primera exposición personal, la cual le permitió recabar el suficiente dinero para viajar a París donde se inscribe en la Academia de La Grande Chaumière. En esta época cultivó el cubismo y el impresionismo.
En 1930, regresa a Caracas para presentar una exposición con 26 obras de su etapa francesa.
A fines de ese mismo año, viaja de nuevo a París, pero en 1931 al morir su compañera Germaine; decide instalarse de manera definitiva en Caracas y se dedicó con ardor a captar la naturaleza de su país. Fue un paisajista por excelencia, con un excelente dominio de la técnica, el color y la forma.
Fue director del Museo de Bellas Artes de Caracas entre 1942 y 1946. En 1951, recibió el Premio Nacional de Pintura y en 1955, el Premio Herrera Toro, en el XVI Salón Oficial, además de otros importantes galardones. Dejó una extensa obra.
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