miércoles, 20 de octubre de 2010



José Francisco Alvarado Abella nació en Puerto Limón (Costa Rica), el 2 de octubre de 1929 y murió en San José (Costa Rica), el 26 de noviembre del 2001.

La escuela primaria la inició en Puerto Limón y sus estudios secundarios en el Colegio Seminario. En 1949 ingresó a la Universidad de Costa Rica, a la Facultad de Odontología para tomar las clases de anatomía (exigidos en los estudios de artes plásticas de la Universidad de Florencia, Italia).

Sus estudios académicos de pintura los inició a los nueve años, en el anexo de la facultad de Bellas Artes (Universidad de Costa Rica), en Italia estudió en la Academia de San Marcos, Florencia (cuatro años). Luego viajó a Cuba donde estudió decoración (medalla de plata) y por último en México donde realizó estudios de escultura y arquitectura. Fue durante su estadía en este país donde conoció a la que sería su esposa por 46 años, Edith Yglesias (costarricense de vacaciones en ese país).

En el certamen anual Juegos Florales de 1963, su obra fue expuesta con el grupo de tendencia moderna. Aunque su aprendizaje artístico fue en un principio académico, posteriormente estudió en Italia y México, países donde se pone en contacto con las nuevas corrientes pictóricas informalistas que marcaron la obra de su primera época.

La abstracción y la figuración fueron las corrientes sobre las cuales versó su obra. La figuración utilizada con un lenguaje más contemporáneo fue una de sus facetas, pero también se puede ubicar dentro de la corriente figurativa hiperrealista, que manejaba con una factura impecable ya sea al óleo o con técnicas mixtas, de las que fue un innovador, ya que su búsqueda de nuevos medios de expresión plástica fue constante. Aunque la temática de su trabajo es variada, es la sensualidad la que marca casi toda su obra plástica de las últimas tres décadas.

Se podría afirmar en el caso de José Francisco Alvarado Abella que, tanto la pintura como la enseñanza, fueron producto de una necesidad vital de expresión. Se destacó en su papel como profesor en la Casa del Artista y la Escuela de Bellas Artes, pero sobre todo a través de la escuela Esempi, que funda en 1955 para la enseñanza del arte. Posteriormente, introduce como parte del currículum de esta escuela las artesanías y la decoración de interiores, siendo un pionero en este campo.

“Más que pintar para vivir, Francisco Alvarado Abella vivía para pintar”. Lo hizo hasta el último instante de su existencia y prueba de ello es la prolífica obra que hoy forma parte de su legado. La experiencia adquirida durante años de intensa producción le permitieron pintar sus cuadros en tiempo récord con asombrosos resultados. Siempre tenía material de sobra para sus exposiciones.

Con más de sesenta años de carrera artística, Alvarado abarcó varios géneros como desnudos, paisajismo, bodegones y algunas obras abstractas, todos ellos elaborados con variedad de técnicas. Durante los últimos años de su vida observó una preferencia por el paisaje erótico. 

Pintura de José Francisco Abella

ANALISIS

Es una pintura surrealista. En ella observamos en primer plano, el cuerpo desnudo de una mujer, con cabeza de pájaro; un ala blanca (el aporte luminoso a la composición) saliendo de un costado sustituye el brazo. El cabello al viento por detrás se unifica con unas ramas, lo cual le presta mucho movimiento a la composición.

Creo que el artista en esta pintura resalta ser libre (“No me interesa los premios, gozo tanto pintando que ese es el premio” decía él), en la figura del ave.El fondo rojo saca el cuerpo hacia afuera. Es sensual por lo que podemos ubicarlo entre los trabajos de sus últimos años.

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