Pablo Picasso fue una figura excepcional como artista y como hombre. Fue protagonista y creador de diversas corrientes que revolucionaron las artes plásticas del siglo XX. Su obra inmensa en número, variedad y en talento se extiende a lo largo de más de 75 años de actividad creadora, que compaginó con el amor, la política, la amistad y un contagioso goce de la vida.
Nació en Málaga, España el 25 de octubre de 1881. El padre era profesor de dibujo y tenían una relación muy estrecha. Desde niño demostró su facilidad para el dibujo. Entra a la escuela de Arte de su padre; luego su padre obtiene un trabajo en Barcelona como docente en la escuela de Bellas Artes de esta ciudad; donde Pablo en un día resuelve los ejercicios de exámenes previstos para un mes y es admitido en la escuela.
Con 15 años instala su primer taller; dos años más tarde obtiene mención honorífica en la Gran Exposición de Madrid por su obra “Ciencia y Caridad”. En Madrid visita el Museo del Prado por el día admirando las pinturas del Greco, Velázquez, Goya y por la noche los restaurantes y cafés.
En 1900 viajó a París que era en ese momento el centro del mundo artístico, para ver la Exposición Universal. El suicidio de un amigo lo hace entrar en depresión y es cuando su pintura entra al período “Azul”, llena de simbolismo, reflejando su gran tristeza y haciendo uso del color azul. En 1904 decide trasladarse definitivamente a la capital francesa. Allí se aloja con otros artistas y se enamora de Fernanda Olivier. Pinta y dibuja sin cesar hasta 3 o 4 obras diarias, es evidente la influencia del impresionismo, haciendo uso de los colores puros, directos del tubo, pintando “Le Moulin de la Gallette”.
El acudía mucho al circo y aunque todavía se encontraba melancólico su pintura empezó a cambiar reflejando la pobreza y dureza de la vida de los artistas de circo y saltimbanquis. Entra a su período “Rosa”, la cual se distingue por sus colores pasteles y tonos cálidos. Cuando visita una exposición de arte africano es cuando pinta su cuadro de gran formato:
“Las señoritas de Aviñon”; es abstracto, con muchos detalles por ejemplo, los rostros de dos mujeres asemejan máscaras africanas, el perfil de otra parece de la pintura egipcia. Es un conjunto de planos, líneas y figuras alargadas. Aquí es donde empieza su período cubista. Junto con Braque le dieron fuerza al cubismo. Sobreviene el asombro y el escándalo ante un estilo deforme que rompe todos los cánones y gana nuevos adeptos. Expone en Munich y en Nueva York. Ya para entonces tiene una nueva compañera, Marcelle Humbert.
Pablo abandona el cubismo con la llegada de la I Guerra Mundial y se encarga de los decorados del Ballet, donde conoce a Olga Clochlova; con la que se casa y nace su hijo Pablo. Después mantiene un romance con Marie Therese Walter, su modelo de esa época, del que nace su primera hija Maya. Inicia un juicio para conseguir el divorcio, que el juez le niega. Despechado, Picasso se enamora de Dora Maar con la que discutía arte y filosofía. No se divorcia también porque tenía que darle la mitad de su fortuna que ya era grande por la venta de un viejo cuadro de su madre, por el que le dieron un premio millonario, que le permitió adquirir una villa campestre.
Al estallar la Guerra Civil Española, apoya al bando republicano; oposición nacionalista contra Franco (facista). Pinta el “Guernica”, esta representa el bombardeo por los alemanes a este pueblo donde en tres horas, mueren 2,000 personas, es un cuadro expresionista, lleno de simbolismos.
Los nazis le prohíben exhibir sus obras. Se afilia al Partido Comunista Francés. Se enamora de la joven y hermosa pintora Francois Guillot y tendrá dos hijos: Claude (1947) y Paloma (1949). En 1954 se fascina por Sylvette David (amor platónico) y acepta posar para él, a cambio de uno de los retratos a su elección. Produce algunas de sus obras más conocidas. “Perfil de Sylvette en la butaca verde”.
El Guernica |
Luego conoce a Jacqueline Roque, joven de extraordinaria belleza a la que tomó como compañera en 1957. Un año antes pintó el gigantesco mural de la UNESCO.
Picasso sigue creando, amando, trabajando y viviendo intensamente hasta morir el 8 de abril de 1973. Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo y una fabulosa herencia que provocó disputas hasta recaer en su hija Paloma.
Al principio el firmaba como Pablo Ruiz Picasso, pero después cambió a Picasso, pues decía que Ruiz era un apellido muy común.
Su ego era grandísimo; él contaba la anécdota de que su madre le dijo una vez:
“Si te haces soldado, serás General”. “Si te haces sacerdote, serás Papa”. “Pero como fui pintor, soy Picasso”.
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