miércoles, 20 de octubre de 2010


El director del Museo del Prado fue el primero en 1937 en tender el puente entre Europa (París) y los Estados Unidos. Sin embargo, el centro artístico se le consideraba todavía a París a pesar de los sucesos que la estaba encaminando a su muerte. Claro está, que este cetro no quería ser entregado con facilidad a los americanos.
Fue por esto que se acogió a artistas americanos a que expusieran en París, siendo un gran error por su fatal aceptación. Ya eran muchos años de reinado y el cambio no era fácil, se buscaba que los americanos compraran obras de europeos y no de sus compatriotas y sobre todo que compraran obras de franceses. Para un artista europeo era más fácil encontrar un comprador americano, pero no lo era tanto para uno de su mismo país.


“New York, New York!”

Para los europeos perseguidos, América era el paraíso. Un país joven, dinámico, en progreso continuo y habitado por personas de diversas nacionalidades. Un país en que el arte contemporáneo tenía el terreno abonado:
1913 con la exposición Armory Show que dio a conocer el arte moderno europeo, allí estaban Rousseau, Cézanne, Matisse, Van Gough, Gauguin, Picasso, Duchamp, Kandisky y Kircher.
Atraídos por la libertas, los europeos fueron llegando a Nueva York:
  • 1939 Salvador Dalí
  • 1940 Piet Mondrian
  • 1941 Max Ernst
  • Etc.

La acogida americana fue buena. Ya en 1942 Pierre Matisse, el hijo del pintor, que era marchante en Nueva York, organizó para ellos una exposición en su galería: “Artistas en el exilio”. Ese mismo año, Peggy Guggenheim abrió Arte de este siglo que se convertía en el hogar del nuevo arte y los nuevos artistas americanos.
Para 1942 fue el MOMA, Museo de Arte Moderno, que colaboró en esta tarea de acogida, creando un Comité de Rescate Internacional para acoger artistas europeos.
La disposición de los americanos respecto a los europeos que llegaban era buena. Ya para principios de los años cuarenta (sin contar las guerras u otros conflictos) estaba claro que Nueva York era suficientemente cosmopolita como para sustituir a París.


El magisterio Europeo


Este movimiento en América se caracterizó por seguir dos líneas la racional y la emocional, pero el aprendizaje del constructivismo y surrealismo, gracias a sus inicios en Europa y a las enseñanzas de Josef Albers y Hans Hofmann, quienes transmitieron sus logros en la vanguardia Europea.
Josep venía de la Bauhaus en Alemania donde fue estudiante y profesor, antes de emigrar a América quería enseñar a abrir los ojos, por su interés en la geometría, diseño y color marca el origen de la Abstracción Americana.
Hans por su parte enseñaba en New York desde 1930, nacido en Baviera aprendió de Matisse, Picasso, Gris y Braque, trayendo sus influencias hasta América, funda Provincetown, una escuela de arte en Massachusetts en el año 1934, marcando un cambio para la pintura y expresionismo abstracto de los años 30, realizando exposiciones como la de 1944 en la galería Peggy Guggenheim.
Pero no solo ellos influyeron en el surrealismo Max Ernst denominado como un niño mimado en los museos y la sociedad, Dalí un excéntrico Fovista al que se le permitía todo, Roberto Matta siendo este el que más interés despertaba entre todos y André Masson considerado como el surrealista más gestual y el que más atención prestaba al autonomismo psíquico y a la cualidad de la materia y su influencia fue decisiva para artistas como Arshile Gorky.

El MOMA

Se encuentra en la ciudad de Nueva York; este museo jugó un papel decisivo en el nuevo arte norteamericano. Inaugurado en 1929, se erigió en defensor del nuevo arte, distanciándose de la tiranía parisina. Al principio sus intereses se centraron en el arte moderno europeo; pero a finales de los años treinta y en los cuarenta cambió de orientación.
En Nueva York se libró una batalla por el liderazgo cultural entre el MOMA y el MET (Metropolitan Museum). Este último, más antiguo, defendía el arte académico norteamericano, y con un desprecio absoluto por el arte moderno y su museo (MOMA). El MOMA era apoyado por los nuevos ricos como Rockefeller y tenía una orientación más abierta, liberal y representaba el futuro de América. Por eso, el MOMA ganó la batalla, promocionando el arte de vanguardia y se erigió como líder artístico y cultural de la ciudad y del país. En este museo podemos encontrar obras de Van Gogh, Picasso, Dalí, Andy Warhol y muchos más.

Peggy Guggenheim

Peggy Guggenheim (1898-1979). Nació en Nueva York, en una familia de dinastía de magnates. Vivió muchos años en Europa. En 1942, abrió en la ciudad de Nueva York, el (Art of This Century) un local que hacía las veces de galería privada y museo público, con obras de la colección que había reunido en Europa y cuadros de artistas norteamericanos marginados. Representaba como el MOMA; la salvación de la cultura europea, del arte de vanguardia por Estados Unidos. Al mismo tiempo luchaba contra la barbarie del genocidio de Hitler; ella era de origen judío.
Tenía dinero y prestigio, para ofrecer a los artistas europeos emigrados y a los jóvenes norteamericanos un lugar donde dar a conocer sus obras al público. Para los jóvenes artistas norteamericanos, era un gran orgullo ver sus cuadros colgados junto a los europeos más prestigiosos como Picasso y Leger. Se rodeo de buenos consejeros, tanto artistas como gente de museos. Luego contó con la ayuda de otra galería, también de otra mujer, Betty Parsons (1900-1982) que se empeñó en la misma lucha por el arte moderno y en defensa de los artistas norteamericanos. Era de la alta sociedad y pintora; estaba muy bien relacionada con los posibles compradores de arte moderno, con el MOMA y las revistas más influyentes. Abrió su galería, (Betty Parsons) en 1946.

Expresionismo más abstracción

Después de la Segunda Guerra Mundial se da un auge en la abstracción. Es diferente en unos lugares y en otros. En Europa se le llama arte informal y en Norteamérica se le llama expresionismo abstracto.
En él vivían un grupo importante de surrealistas y artistas procedentes de la Bauhaus, que hacían obras de carácter racionalista. Este nuevo movimiento es el primero que viaja de América a Europa.

Arshile Gorky

Tradujo la pintura europea a América. Hizo un recorrido por los principales artistas de vanguardia y los incorporó en sus obras: Cézanne, Picasso y Miró, fueron sus inspiraciones. Arranca del irracionalismo de los surrealistas, inventa un nuevo vocabulario de signos, una iconografía nueva.
En sus pinturas hay una doble lectura: figurativa y abstracta. El color depende el dibujo y ocupa los espacios vacíos que él deja, utiliza una pasta muy diluida, que alcanza la calidad de la acuarela.
Comienza a darse elementos del expresionismo abstracto en sus obras: la presencia y la fuerza de lo primitivo y la idea del cuadro que no se acaba.

Wilem de Kooning

No abandona el lenguaje del expresionismo, pero lo descarga de significado, le quita protesta y agresividad. Sustituye el Expresionismo Figurativo por un Expresionismo Abstracto, que no se interesa por las contradicciones o la injusticia del mundo, sino por la angustia del ser humano.
En pleno apogeo de la abstracción introduce la figura e inicia un tema que será esencial en su pintura, las Mujeres. A medio camino entre la abstracción y la figuración, esas Mujeres fuertemente expresivas y amenazadoras, descoyuntadas en mil trozos y colores, parecen un cruce de diosas primitivas de la fertilidad y pintadas callejeras obscenas.
Poco después siguió con referencias naturalistas en sus cuadros, esta vez de paisajes

Mark Tobey

Partiendo de una base diferente; la caligrafía oriental. Empezó interesándose por la pintura de los indios. Luego se convierte al budismo. Partiendo del conocimiento profundo del arte de Extremo Oriente, se interesa por la caligrafía oriental; los signos, a los que despoja de su significado tradicional, para quedarse solo con ellos, como palabras que pierden el sentido y mantienen únicamente el sonido, haciéndose así repetibles hasta el infinito y dando lugar a una trama o un laberinto de signos blancos y filiformes, casi iguales, les llamo: Escrituras Blancas.

Su meta era armonizar las culturas oriental y occidental.
Descontento con la perspectiva tradicional y el espacio renacentista excesivamente represor, Tobey busca una nueva libertad que le permita abordar los temas que le interesan: las grandes ciudades modernas bullendo de gente que va de un lado a otro , como hormigas atareadas o como signos chinos.
Tobey no es un pintor de acción, sino es de meditación. La línea que él inaugura, de atención a las raíces profundas del arte oriental, es una de las mas productivas en la segunda mitad del s. XX.

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